-Te extraño demasiado… Esas fueron las ultimas palabras q resonaron temblorosas en el teléfono, aunque uno siempre sepa que esas nunca son las últimas.
Se cortó la línea, seguro él no va a cortar el teléfono de esa manera pensaba mientras se entretenía jugando con el vapor del café. Un minuto más… y lo que podría ser un sonido, un sonido dulce, como de onírico pasar, podría ser un abismo despierto en su voz; una arrolladora paciencia la acompañaba a desesperarse, a enrollar en el aire el vapor del café… Y observaba el teléfono con la tortura de la esperanza, el café estaba a la mitad, recordaba que a el gustaba fumar tomando café, casi podía sentir su aliento mezclado con humo besarla hasta el lumbral de su alma y dejarla huir hacia océanos infinitos, fluyendo con cada roce de sus dedos en su mejilla, y sonreía levemente sin gracia… Hasta que otra vez estaba ahí el teléfono negro y la taza estaba vacía.
lunes, 25 de febrero de 2008
El mensaje
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